阿根廷新浪潮电影运动前期的重要作品。 Mediante el decreto no. 791, de 1963, el Poder Ejecutivo ordenó la prohibición y el secuestro de Los 40 Cuartos (1962) para reprimir “la difusión de actividades de propaganda comunista”. El film no se proponía propagandizar el comunismo, sino, y en este aspecto hacía una lectura anarco-comunista, criticar el uso/abuso de la propiedad privada proponiendo la “vivienda de utilidad pública”. Y esa sugerencia no podía sino ser censurada por los conservadores de un régimen basado en el capital. Uno de los films más logrados de la Escuela Documental resultó el más revulsivo por cuestiones que no tuvieron nada que ver con las casualidades. Aborda la problemática de la vivienda a partir de un registro documental sobre la vida de los habitantes del conventillo que existió en Catamarca y San Luis, en pleno centro de la Ciudad de Santa Fe. Es la historia argumental de una pareja joven que denodadamente busca una vivienda para afrontar el presente y construir su futuro. Esta película fue secuestrada y prohibida por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional del Gobierno de facto del Presidente José María Guido, en 1963. El primero de abril próximo pasado falleció Juan Oliva. Había nacido en Buenos Aires el 22 de noviembre de 1921. Alumno y colaborador de Fernando Birri en “Tiredie”, egresó del Instituto de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral y continuó en ese ámbito la tarea de su maestro. En 1962 su esclarecedor mediometraje “Los cuarenta cuartos”, sobre la falta de vivienda en la Provincia de Santa Fé, fue prohibido por el Poder Ejecutivo Nacional con la firma del entonces Presidente Guido. En 1960 había realizado “López Claro su pintura mural americana” y luego “Mosquito” un pequeno film utilitario inmejorablemente realizado con humor para combatir la propagación de dicho insecto, “Vestigios” en 1970 y un par de películas, “La lucha” y “El túnel” que filmó sin terminar y cuyas latas, que están en la Universidad, son también prueba de su infinito amor por el cine. Entre sus alumnos cabe mencionar a Nicolás Sarquis, Raúl Beceyro, Patricio Coll, Pucho Courtalón, Alberto Speratti y Marilyn Contardi. Justamente hace muy poco, dedicado a la fotografía en Buenos Aires, Oliva envió a Marilyn, una caja con los libros de poesía que más lo conmovían. Allí estaban César Vallejo, Verlaine, Rimbaud, Pound, y lo más importante de la poesía Argentina del último siglo. Una manera de pasar la posta a quienes él sentía que deben continuarla.